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Hipoglucemia

La hipoglucemia consiste en una disminución de la concentración de glucosa en sangre por debajo de los 70 mg/dl, es la situación de emergencia más común en la diabetes. Podemos clasificarla en:
  1. Leve: niveles inferiores a 70 mg/dl. En esta fase se está consciente, pueden aparecer palpitaciones, taquicardia, sudoración o temblores, pero quien la padece puede resolver por sus propios medios la situación.
  2. Moderada: niveles inferiores a 50 mg/dl, (esta situación prolongada en el tiempo puede causar daños neuronales), aparecen la visión borrosa, somnolencia, confusión, y problemas de coordinación muscular. Se puede ver afectada la memoria a corto plazo de forma transitoria en un episodio aislado, pero en hipoglucemias repetidas puede aparecer daño permanente. El individuo que la padece puede necesitar ayuda para resolver el episodio.
  3. Severa: niveles inferiores a 40 mg/dl. Aparecen dificultades para estar consciente, existe la posibilidad de sufrir convulsiones, para resolver la situación se requiere tratamiento inyectado (glucosa o glucagón), los problemas para moverse y/o expresarse correctamente pueden durar horas.
Por lo general los síntomas varían entre personas, e incluso una misma persona puede presentar síntomas distintos en episodios distintos. Quienes no consiguen un buen control de la glucosa pueden perder progresivamente la sensibilidad a la hipoglucemia, por lo que los síntomas permanecen ausentes hasta alcanzar niveles peligrosos.

Generalmente podemos agrupar los síntomas en dos grupos:
  • Adrenérgicos: se deben a un aumento de la actividad del sistema nervioso autónomo, (encargado de las acciones involuntarias), son parecidos a los que cualquier persona notaría en un ataque de ansiedad.
  • Neuroglucopénicos: son causados por una disminución de la actividad del sistema nervioso central.
Por lo general los síntomas adrenérgicos preceden a los neuroglucopénicos:

 

Algunos medicamentos pueden aumentar el riesgo de sufrir hipoglucemias, así por ejemplo, si alguien toma fármacos para tratar su diabetes (también conocidos como "hipoglucemiantes orales") encontramos:
  • Medicamentos que prolongan la vida de los hipoglucemiantes orales: como dicumarol, pirazolonas, cloranfenicol, sulfafenazol, e inhibidores de la MAO.
  • Medicamentos que disminuyen la eliminación por orina de los hipoglucemiantes orales: alopurinol, pirazolonas, probenecid, sulfonamidas y salicilatos.
  • Medicamentos que los desplazan de las proteínas de la sangre: fibratos, pirazolonas, salicilatos, sulfonamidas.
  • Medicamentos que potencian el efecto de los hipoglucemiantes orales: guanetidina, bloqueadores beta adrenérgicos, inhibidores de la MAO, salicilatos, alcohol.
Si el tratamiento implica la administración de insulina también tendremos que prestar atención a: propranolol, sulfadiacina, sulfametoxazol, sulfisoxazol, cloranfenicol, bishidroxicumarina, fenilbutazona y clofibrato. Merecen una mención especial los inhibidores de la recaptación de serotonina, que se suelen utilizar para tratar la depresión, ya que además de estar asociados a un mayor riesgo de sufrir hipoglucemias suprimen los síntomas adrenérgicos.

Para resolver una hipoglucemia tenemos varias opciones en función del estado de consciencia:

- Si se está consciente: se puede ingerir cantidades de azúcar equivalentes a 10 ó 20 g a la mayor brevedad y acortar el tiempo hasta la siguiente comida, ya que si sólo se ingiere glucosa tenemos un mayor riesgo de sufrir otro episodio de hipoglucemia. Si en un periodo de 10 ó 15 minutos no desaparecen completamente todos los síntomas hay que volver a repetir el paso anterior, si aún así la situación persiste debe acudirse a un servicio médico.




Para remontar una hipoglucemia no debe recurrirse a helados, galletas, frutas azucaradas ni preparados que suelen tomarse como postre, ya que suelen contener grasas que retrasan la absorción de los azúcares.

- Si hay pérdida de consciencia (o vómitos): debe aplicarse glucagón inyectado según las instrucciones del prospecto, por lo general tarda en actuar entre 5 y 10 minutos. No obstante, tenemos que tener presente dos consideraciones respecto al glucagón:
  1. No tendrá ningún efecto si se ha ingerido alcohol
  2. El glucagón ordena al hígado liberar sus reservas, por ello, una vez recuperada la consciencia hay que ingerir glucosa inmediatamente, así evitaremos sufrir un nuevo episodio, además deberemos acortar el periodo de ayuno.



En muchas ocasiones resulta difícil determinar las causas exactas de un episodio de hipoglucemia, pero las más habituales suelen ser:

Bajo consumo de calorías: el estilo de vida actual hace que resulte difícil hacer las comidas a las horas previstas, la prolongación accidental del ayuno es una causa común de hipoglucemia. En otras ocasiones decidimos por nuestra cuenta bajar las calorías que consumimos para perder peso, o sustituir el azúcar por otros sustituos no energéticos. Todo ello eleva considerablemente la probabilidad de sufrir una hipoglucemia.

- Actividad física: si tenemos una cantidad de insulina suficiente circulando por nuestro torrente sanguíneo, el ejercicio disminuye la glucemia, inmediatamente antes, durante e incluso varias horas después de haber realizado el ejercicio. Por tanto, aunque el ejercicio es recomendable, conviene que sea programado tanto en intensidad como en duración.

- Consumo de Alcohol: puede causar una hipoglucemia entre las 6 y 24h de su ingesta, la mezcla de alcohol con bebidas elaboradas con edulcorantes no energéticos (como la sacarina, aspartamo...) aumenta la velocidad de absorción del alcohol.

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