- Cambios sensoriales: dolor y disminución de la sensibilidad
- Cambios motores: debilidad
- Cambios autonómicos: boca seca, disfunción sexual...
Aunque la neuropatía diabética puede manifestarse de forma distinta es diferentes personas, la característica más común es la merma sensitiva, la cual supone una reducción considerable en la calidad de vida de quienes la padecen. La neuropatía diabética por si sola aumenta el riesgo de amputación en 1,7 veces, seguidamente estudiaremos los principales factores que conducen a su aparación:
- Hiperglucemia (niveles de glucosa demasiado elevados)
- Hipoglucemia (niveles de glucosa demasiado bajos)
- Alteración en la reparación neural (por el descontrol crónico de glucosa)
- Tabaquismo
- Hipertensión
- Alcoholismo
Cada forma de neuropatía diabética responde a un patrón:
El tratamiento del dolor es, con diferencia, la medida que más aumenta la calidad de vida, las opciones disponibles para tratarlo son:
En el siguiente cuadro podemos encontrar la dosificiación y los posibles efectos adversos:
El control de la glucemia es fundamental para prevenir la neuropatía diabética, así, por cada 1% en la elevación de la hemoglobina HbA1c se presentaba una reducción de 1.3 m/s en la velocidad de conducción nerviosa a los ocho años.
El dolor que acompaña a la neuropatía diabética tiende a
disminuir o desaparecer con el tiempo (por lo general, meses); esto
explica en gran medida por qué en estudios comparativos con placebo éste
logra efectos satisfactorios en más de 30% de los casos.
Por regla general, la neuropatía craneal de los pares III,
IV, VI o VII se recupera alrededor de 98% de los casos de 3 a 6 meses
después de instaurada.
La neuropatía aguda dolorosa con pérdida de peso es un
proceso autolimitado; una vez que el dolor disminuye de intensidad,
suele venir la recuperación del peso corporal; este fenómeno suele
presentarse alrededor de 12 meses después de iniciado el padecimiento.
La
neuropatía motora proximal diabética suele tener buen pronóstico; la
mayoría de los casos se recuperan antes de tres años, aunque en 25% de los
casos el cuadro recurre.
La polineuropatía sensitiva simétrica progresiva
lenta es de pronóstico variable y suele ser malo. Una vez que la
sensibilidad se pierde, ya no se recupera, lo cual se traduce en un riesgo elevado
de traumatismo, úlceras e infecciones en piel o hueso.
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