Cetoacidosis

La cetoacidosis es una complicación derivada de una falta casi absoluta de insulina, se desarrolla con rapidez en un periodo de 24h, los primeros síntomas son:
  • Hiperglucemia: elevación anormal del nivel de glucosa en sangre (por lo general entre 300 y 350 mg/dl).
  • Poliuria: cantidad de orina excesiva.
  • Polidipsia: aumento anormal de la sed.
  • Pérdida de peso.
Otros síntomas pueden ser: vómitos, debilidad, visión borrosa, contracturas musculares, dolor abdominal , taquicardia, resequedad en la boca, deshidratación, hipotensión.. Uno de los síntomas que podemos notar con mayor facilidad quienes convivimos con una persona diabética es que su aliento adquiere olor afrutado.


Como se puede apreciar en el cuadro, la cetoacidosis puede presentarse en varios grados de gravedad, por ello es fundamental acudir rápidamente a un centro médico, allí tomarán medidas para revertir la cetoacidosis y buscarán la causa que ha desencadenado el episodio. Algunas de las más frecuentes son:
  • Infecciones en las vías respiratorias o urinarias
  • Reducción de la dosis de insulina
  • Cambios bruscos en la dieta
  • Infecciones en aparato digestivo
  • Consumo excesivo de alcohol
  • Embarazo
  • Consumo de algunos medicamentos
Aún cuando la persona con cetoacidosis se encuentre en tratamiento en el hospital pueden aparecer algunas complicaciones:
  • Trombosis vascular: puede presentarse horas o días después de haberse iniciado el tratamiento, puede ser consecuencia de la cetoacidosis, del tratamiento, o de ambos. La deshidratación, el aumento de la viscosidad de la sangre, la alteración de la actividad de las plaquetas y las lesiones celulares producidas por la acidosis son factores condicionantes de esta complicación.
  • Edema cerebral: por fortuna es una complicación rara en niños (1 de cada 200 episodios) y excepcional en mayores de 20 años, puede aparecer por la administración de dosis masivas de insulina y grandes cantidades de soluciones hipotónicas. 
Además de la cetoacidosis, existe una situación menos conocida llamada "estado hiperosmolar"; se caracteriza por una hiperglucemia grave (generalmente mayor a 600 mg/dl), escasa presencia de cetonas y por llevar pareja una deshidratación importante. Es más frecuente en personas con diabetes tipo 2 mayores de 50 años.

En el estado hiperosmolar aparecen los síntomas propios de la hiperglucemia como el aumento de la sed, y cantidad de orina excesiva, pero resultan especialmente importantes los neurológicos:
  • Disminución del estado de alerta
  • Hemiparesia: pérdida de fuerza que afecta a un brazo y pierna del mismo lado
  • Fasciculaciones: contracciones musculares pequeñas e involuntarias visibles bajo la piel, pero que no producen movimientos en los miembros
  • Afasia: dificultad de comunicarse mediante el habla
  • Rigidez de la nuca
  • Temblor
El estado hiperosmolar es una situación grave que requiere atención médica inmediata, una vez en el hospital, la primera acción será corregir el déficit de volumen antes de suministrar insulina. La reducción de los niveles de glucosa se hará gradualmente, se harán controles del nivel de glucosa capilar cada hora, y si la disminución es mayor al 20% se suspenderá la administración de insulina intravenosa para reducir el riesgo de daño neurológico. La meta es conseguir valores inferiores a 300 mg/dl no antes de 12 a 18 horas desde que se inició el tratamiento.

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